Aladdin

3 minutos

Aladdin, Príncipe Ali de Aburrilandia

Hace 25 años una “rata callejera” nos cautivaba junto a su mono Abu en la búsqueda de su sitio en el mundo. Tras esa genial película que nos hizo reír, bailar y cantar llega Disney repleto de «ideas» y decide hacer con Aladdin lo que está haciendo y hará con sus clásicos: live-action. Esto por regla general significa cagarla.

Por una parte está genial que las nuevas generaciones puedan disfrutar, al igual que lo hemos hecho nosotros, de las grandes historias que nos han acompañando a lo largo de nuestra vida. Pero estas grandes historias ya están perfectamente contadas con sus versiones originales. Si te paras a leer los próximos estrenos de Disney son todo segundas partes, remakes, live-actions…?

Al ser una película en carne y hueso han intentado hacer que parezca más real, quitando algún que otro detalle de la película original y haciendo que personajes como Abu o Iago queden en un segundo plano, cuando en la original tenían un papel muy importante. Y es que si en algo ha fallado este live-action es en lo poco que han desarrollado los personajes.

No solo ellos se quedan en segundo plano. Sí, nos encontramos con un bien caracterizado Aladdin aunque no lo describen como ese chico que nos conquistó en la película clásica. Un fallo muy grande no describir los orígenes del personaje ya que no empatizas tanto con él.

Con Jasmine más de lo mismo: un personaje soso, sin profundidad, que por la eliminación de escenas se ha quedado en un segundo o tercer plano. El Sultán puede pasar perfectamente como un elemento más del decorado. Se parece más a una palmera que al personaje tontorrón de la película original.

Y qué decir del desastre que han hecho con Jafar. El malo malísimo de la película original se ha convertido en un niño de 18 años al que además le han puesto una voz ridícula en el doblaje.

Por último nos encontramos con el Genio de la lámpara. Vale, el listón estaba muy alto con la gran interpretación de Robin Williams, pero también ha sido un despropósito. Se salva principalmente porque lo interpreta Will Smith, haciendo que el personaje merezca la pena, pero aún así sigue dejándome con una sensación agridulce.

En resumen, la manía que tiene Disney de volver a intentar sacar tajada de toda su repertorio y además hacerlo de manera tan plana no es de mi agrado. Un quiero y no puedo y un intento para que nos re-enamoremos de películas que ya nos enamoraron lo suficiente en sus versiones originales.

Lo mejor

– Revivir los buenos recuerdos de la película original

– La música es pegadiza y muchos nos sabemos las canciones

– La puesta en escena y la fotografía son geniales

Lo peor

– No está ni por asomo a la altura de la película original

– Faltan alguna de las escenas míticas, haciendo que la película pierda su encanto

– La ausencia de personalidad de algunos personajes

¿Te recomendamos ver esta película? 

Sí, pero en casa. No merece que pagues por ella una entrada de cine.

nsf points

Pedro Comas
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