Blade Runner 2049

5 minutos

Entre a la sala de cine sin estar del todo convencida con que me iba a encontrar. Llevaba haciendo cola casi una hora y media y los comentarios entre los presentes eran entre embriagadores y preocupantes. Quiero destacar el hecho de que llevara tanto rato haciendo cola: fui a ver esta película al cine Phenomena Experience, una sala de cine remodelada como las antiguas salas de cine, asientos sin numerar, en VOSE, con resolución 4k y sonido Dolby Admos. Vamos, para los amantes del cine, una auténtica maravilla (ver cualquier película en esta sala, es toda una experiencia, creedme)

Procedí a entrar a la sala, fui corriendo a buscar los mejores asientos y contemple como la sala se iba llenando poco a poco. Hasta que, de repente, todos enmudecimos al apagarse las luces. La tensión y el nerviosismo se podía palpar en el ambiente. Y entonces empezó a sonar la música. Ese tema que se te mete por la piel, hasta las entrañas y juega con tus emociones y pensamientos y consigue mantenerte en vilo durante las 3 horas que dura la película. Y aquí empieza el juego que Ridely Scott inició con Blade Runner en 1982 y que ahora, Denis Villeneuve (director de películas como Prisioneros o La Llegada), coge las riendas y quiere hacernos explotar la cabeza.

La historia se desarrolla en un futuro distópico en el año 2049, donde un prometedor agente de policía (llamados blade runners), están especializados en detectar androides que se hacen pasar por humanos (o más conocidos como replicantes) y su misión es retirarlos de la población. Durante una investigación, descubre un secreto que podría acabar con el caos que ahora reina en la sociedad pero, para conseguirlo, debe encontrar a Rick Deckard, un blade runner desaparecido hace más de 30 años.

Una mezcla de amor-odio se apoderó de mí cuando la película llegó a su fundido negro final y aparecieron los títulos de crédito y la música vuelve a golpearte con fuerza. Nadie aplaudió hasta pasados 1 o 2 minutos de terminar. No sé si fue por como acababan de jugar con nuestras mentes o porque el bombardeo audiovisual que acabábamos de experimentar nos había dejado estupefactos.

Fueron 3 horas entretenidas pero a ratos monótonas, sin sentido. Entre idas y venidas entre replicantes y blade runners, de recuerdos o experiencias, de qué es real y qué es artificial, de como juegan con la vida y mente de un pobre hombre que acaba por no saber quien es en realidad, acabas preguntándote a ti mismo que cojones acabas de ver.

Pueden haber muchos haters de esta secuela, ya que siempre se dice que «segundas partes nunca fueron buenas» y Blade Runner, con el paso del tiempo, sé ha convertido en uno de los clásicos de la ciencia-ficción. Pero también hay que recordar que en un inició, no fue bien recibida por la crítica y por el público, fue años después que se convirtió en película de culto. Por ello habían tantas expectativas con esta continuación.

Quiero destacar sobretodo el cuidado fotográfico y la iluminación de todo el film: así como en la primera película todo era roñoso y lúgubre, en esta podemos ver espacios más amplios, libres de trastos, hasta incluso paisajes minimalistas, por no hablar de la paleta de colores que ayudan a distinguir en todo momento en que partes de la ciudad te encuentras.

Eso si, la lluvia y la niebla siguen acompañando en todo momento el metraje, elemento muy característico de la película. De la misma manera, Hans Zimmer junto a Benjamin Wallfisch, han vuelto a componer una banda sonora tan penetrante que juegan constantemente con tus emociones. De las interpretaciones, no puedo destacar a nadie en concreto, todos encajan con su papel sin nada a resaltar, están bien.

Muchos se preguntarán ¿era necesaria una secuela? Puede, no creo que sea malo que después de 35 años se haya querido recuperar un clásico como es este. Últimamente, esta muy de moda hacer estos experimentos, para ver como podrían haber sido clásicos del cine con la tecnología de ahora. No encuentro mal querer recuperar esa esencia y que las nuevas generaciones, conozcan a partir de estas nuevas películas, sus antecesoras. Es una nueva forma de contar historia del cine.

nsf points

Laura Peiro
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