Waves

4 minutos

✅ Artículo libre de spoilers

La carrera hacia los Oscars (y demás premios así famosos) es larga y alberga horrores. Son muchas semanas de promo, entrevistas, subidas y bajadas. A algunas películas esta carrera se le suele hacer demasiado dura y se van cayendo a lo largo del camino. Uno de esos casos es el de Waves de Trey Edward Shults.

Estrenada en el Festival de Telluride en agosto y aclamada en el de Toronto, poco a poco ha ido perdiendo fuelle hasta el punto de ser completamente ignorada en los recientes Oscars. Bien es cierto que el nivel de este año ha sido superior al de ediciones pasadas (ejem, Green Book, ejem), pero Waves se merecía colarse por algún lado, porque tanto las historias como la puesta en escena son merecedoras de más reconocimiento.

Waves, o Un momento en el tiempo, mira al Trey Edward Shults de Krisha (2015) y se aleja del estilo de Llega la noche (2017). Bien es cierto que la primera parte de este último trabajo muestra la parte oscura y de thriller que había trabajado anteriormente, pero la segunda muestra un nuevo acercamiento más luminoso y emotivo. Se nota el trabajo previo del director bajo las ordenes de Terrence Malick, como por ejemplo en El árbol de la vida (2011).

Shults trabaja muy bien el poder de las imágenes y nos hace pasar por un carrusel de sentimientos en sólo segundos. Además, maneja magistralmente los tiempos, y sino me creéis, para muestra todas las escenas de la fiesta que sucede a la mitad de la peli. También como se entremezclan las ratios de aspecto, que van cambiando a lo largo de la película, dependiendo del momento de la trama o la sensación que determinada escena en particular quiera evocar. Una muestra más de una fluidez exquisita.

Los personajes, a pesar de ser un poco cliché, tienen un punto distinto. No vemos al típico estudiante adolescente presionado por su padre para seguir con un deporte mientras tiene problemas con su novia. Tampoco vemos a la típica hermana menor del protagonista que vive a la sombra de este. El punto de partida es ese, pero el filme va mucho más allá mostrándonos las distintas maneras en que las personas se enfrentan a la pérdida.

Simplemente, pensando sobre las distintas escenas de ellos en el coche y los maravillosos planos de 360º se ve la profundidad que Shults quiere dar a estos personajes. Utilizar la expresión “paisaje emocional” me parece muy pomposo, pero en realidad es lo que mejor define lo que nos va mostrando la película. Vemos cómo los personajes van sufriendo o disfrutando las distintas situaciones que les han tocado vivir. Y lo hace de una manera muy poderosa. Una de las claves para mostrar una intimidad absoluta de los personajes que logra trasmitir esta película es la banda sonora. Canciones de Kendrick Lamar, Kanye West, Frank Ocean, Tame Impala y más artistas de esta talla conforman una playlist más que memorable, y que durante la película marcan y definen el momento por el que está pasando cada personaje.

Para muchas personas puede ser la típica película con pretensiones de ser muy profunda pero que acaba siendo el típico drama adolescente y que desprende melancolía barata por todos lados. Quizás esta puede ser la impresión que de al utilizar como detonante de la historia a dos arquetipos utilizados hasta la saciedad en Hollywood.

Sin embargo, desde mi punto de vista (quizás demasiado fangirl) Waves simplemente trata de mostrar estados de ánimo que se anteponen y que van cambiando constantemente. Más que las historias, que ya se han visto contadas mil veces y de cientos de maneras diferentes, la manera de contar estas historias es lo que me hace pensar en cómo una película tan visualmente potente ha quedado olvidada en un rinconcito y queda relegada tras otras producciones que no tienen ni la mitad de sentimiento que tiene esta.

nsf points

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Aitor Gonzalez
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